El Sónar más raro de todos los tiempos
El Sónar más raro de las 26 ediciones echo andar finalmente la tarde de ayer jueves 18 en Barcelona.
Por primera vez el Sónar cambió su tradicional fecha de la segunda semana de junio por julio, debido a una mega-feria de maquinaria que obligo a los organizadores a mover el festival y si a eso se le suma que una huelga de montadores de eventos amenazó la realización del festival hasta el último minuto. Pese a los contratiempos y a lo extraño que parece para los incondicionales un Sónar, ya entrado el verano, comenzó y lo hizo con mucha fuerza y con propuestas interesantes que poco a poco fueron animando a un público que lentamente fue llenando los escenarios y que al final de la tarde abarrotaba el recinto de la feria.

La tarde la empezó a animar la dj local Titi Calor que con un set que repasa desde funk, R&B hasta reggaeton, dembow y grime, una sesión que empezó a subir la temperatura del Sonar Village y que dejó encarada la tarde para todo tipo de emociones. Como por ejemplo el derroche de amor y pasión que ponen sobre el escenario la pareja de austriacos Anger, pareja en todo el sentido de la palabra, tanto parece que se quieren este par de tortolitos que utilizan sus canciones para contar y cantar sus experiencias sexuales y amorosas al ritmo de ambient y synth rock.

De Austría viajamos a los andes, para disfrutar de los ritmos folclóricos peruanos a modo de psicodelía chamánica que derrochan Dengue Dengue Dengue, el duo de Lima poco a poco se ha ido ganando un espacio en la escena electro internacional y el público ya lo tiene claro que la fiesta está garantizada.

La tarde prometía experiencias de muy alto nivel que no defraudaron en absoluto, de la mano de un valor seguro, en constante expansión e ilimitado como es el caso de los shows tecnológicos del japonés Daito Manbe, quien vino a este Sónar sencillamente a robarse el show, primero con la pieza que preparó para la instalación Sónar 360 y luego para su directo en el Complex, un show en el que de Tokio pretendía, con éxito, mostrarnos como se visualizan los pensamientos, para lo cual se asoció con el doctor en neurología Yukiyasu Kamitani para crear un espectáculo visual.

Las líricas y los quejidos Hip Hop que no pueden faltar aparecieron a media tarde en el Village de la mano del irlandés Rejjie Snow, el rapero viene agitando la escena europea desde hace 5 años y cada vez se consolida y tiene más fuerza como lo demostró llenando y triunfando ayer en Barcelona.

Hay lugares donde ser activista es mucho más complicado y ver a Faka es entender cuan valientes son muchos activistas como este duo de Johannesburgo, muy implicados en las luchas LGTBI, que utiliza, la música, la literatura, las líricas como herramientas para agitar sus consignas, toda una lección de dignidad con buen humor.

Antes de cerrar una tarde muy fiestera, de trap y revindicaciones valía la pena darse una pasada por el complex para ver un show sobervio del artista vienés Fennesz, un viaje por territorios desconocidos a través de su guitarra y sus interpretaciones contemporáneas, ese toque de investigación, composiciones de alto vuelo y música de vanguardia que no puede faltar en cada edición del festival barcelonés.

Una tarde redonda debía tener un componente de belleza, esta vez venida de Philadelfia de la mano de dos artistas muy especiales que se unen bajo el nombre de 700 Bliss, la bella dj Haram (DS) y su incondicional compañera de ruta la poeta negra Moor Mother, jazz poesía y ruido reparador y una alianza que a pesar de tanta juventud ya se ha convertido en banda de culto para algunos, Press Riot el primero.

Y cómo no, una tarde de reivindicaciones, sonidos experimentales y versos sueltos no podía faltar la presencia de una de las artistas más controvertidas, pero que más enteros va ganando en la escena underground internacional Arca, la tiene muy claro y cuando se sube al escenario, sabe que la va a reventar y que no va a dejar a nadie indiferente, algunos sucumben ante tanta fuerza y le gritan desde el público cuanta sandez sale de sus labios, pero eso hace parte de los sentimientos que la venezolana despierta.

Un buen comienzo, para el sónar más raro de todos los tiempos